Un oasis de esperanza en El Aaiún viaje a la misión jesuita en el sáhara

Abdullah y Marianne llegaron al Sáhara en 2021 procedentes de Costa de Marfil. Su proyecto migratorio tenía como destino Europa. Pero llevan cuatro años con sus vidas congeladas en El Marsa, el núcleo portuario de El Aaiún. Viven aquí, en un pequeño cubículo en el que apenas tienen un colchón en el suelo, un hornillo para cocinar y un puñado de enseres acumulados en un rincón. Más que vivir, sobreviven. Y aun así, cuando reciben al equipo de Cáritas El Aaiún ofrecen al visitante lo único que tienen: un humilde taburete de plástico.

Vidas como la de Abdullah y Marianne llevaron a la Compañía de Jesús a trasladar su comunidad a El Aaiún. La presión marroquí había agotado para los migrantes la ruta de Melilla, la que pasaba por Nador, donde desde hacía años estaban los jesuitas. La nueva realidad pasa desde hace unos años por la conocida como ruta atlántica, la que lleva a miles de personas cada año a jugarse la vida cruzando hacia Canarias. Un tránsito que lleva a miles de migrantes de origen subsahariano a pasar por El Aaiún.

Aquí, la Compañía se ha puesto al servicio de la Prefectura Apostólica –el prefecto es el oblato español Mario León Dorado– y se ha incorporado a Cáritas El Aaiún, donde Josep Buades SJ ejerce como director. Buades coordina desde la oficina de Cáritas a un equipo formado también por religiosas de la Divina Infantita, por el laico Pablo Badía, responsable de Programas, y por voluntarios que entregan unas semanas o meses a esta misión. “Tenemos por ejemplo a Gideon, que es un luterano alemán de 19 años que está pasando unos meses aquí antes de comenzar sus estudios de Trabajo Social”, cuenta Buades.

Gideon, entre otras cosas, participa en la escuela infantil que Cáritas ofrece. Una guardería en el que niños senegaleses o malienses sin escolarizar reciben formación multidisciplinar y algunas nociones de árabe que pueden ayudarles a integrarse en el sistema escolar marroquí. A los niños, como a los adultos, se les da también atención médica cuando es posible, cuando hay un médico voluntario en el centro. Es el caso de Paloma, doctora de familia jubilada que conoció a Buades a través del Servicio Jesuita a Migrantes. Ella era voluntaria en el acompañamiento que el SJM hace en los CÍES y acudió al Congreso a la presentación del informe que esta ong jesuita hace cada año sobre esos centros. “Coincidimos allí y me dijo que en El Aaiún necesitaban médicos y a mí me apetecía conocer esto”, resume Paloma.

Paloma, con experiencia de atención a migrantes en otros proyectos, explica las diferencias que encuentra en ellos a un lado y a otro de la frontera: “Los que están aquí todavía no han sufrido el trauma de cruzar el mar, donde a menudo ven morir a sus compañeros y temen morir ellos mismos, es muy angustioso lo que cuentan. El problema que sufren aquí es la presión policial porque les echan de sus casas, en las que apenas tienen nada, y los dejan en otra ciudad”. Muchos de los migrantes acuden al consultorio de Cáritas lo hacen con fracturas en los huesos. Unas lesiones que sufren cuando huyen, al saltar, por ejemplo, por la ventana de casa ante la llegada de los gendarmes.

Buades no es el único jesuita en la misión diaria de Cáritas El Aaiún. Joaquín ‘Joaco’ Fernández hace de ‘chico para los recados’, como le gusta decir. Un chico de 77 años, eso sí. Joaco estuvo 23 años destinado en Albania y de allí pasó a Nador, antes de llegar al Sáhara. Aquí hace, efectivamente, de todo. Desde recoger facturas, hasta acompañar a los migrantes al médico, pasando por acompañar espiritualmente a quien lo necesite. Simpático, dicharachero, de un entusiasmo contagioso, Joaco va, apoyado en su bastón, vestido como un bereber. “A veces me confunden con un marroquí de las montañas”, cuenta divertido. Habla albanés, serbio, francés, inglés o italiano y ahora está estudiando nociones de árabe. Un jesuita de frontera.

El misionero jesuita 'Joaco' Fernández, en su escritorio de Cáritas.

En la comunidad también está Àlvar Sánchez SJ, que es a su vez secretario general de Cáritas Marruecos. Esa responsabilidad le tiene de acá para allá, mientras disfruta de la misión. Porque para él, estar en las fronteras con la Compañía de Jesús “es un regalo”.

Àlvar forma parte de esta misión se atiende a los excluidos, se acompaña a los jóvenes en camino y se muestra el camino hacia Dios. Y se hace con un servicio en Cáritas que incluye atención y acompañamiento médico y psicosocial. Los médicos voluntarios que pasan por este centro, además de la atención en el consultorio, dan también talleres sobre primeros auxilios, sobre gestión del estrés, higiene íntima femenina o sobre cómo evitar la propagación de la sarna. Talleres que a menudo se imparten en la propia sede de Cáritas, pero otras veces se celebran en las oficinas de 'Sakia El Hamra', un asociación senegalesa por la migración y el desarrollo. Ambas organizaciones, un católica y otra musulmana, han decidido trabajar juntas para unir fuerzas.

Reparto de pañales a las mujeres con bebés que los necesitan, acompañamiento a los centros de salud, visitas a domicilio o asistencia en urgencias son algunas de las tareas de Cáritas en El Aaiún. "Es un servicio muy bonito", resume Buades que recueda una de las intervenciones más decisivas de estos meses, conseguida gracias a una donación específica que recibió la delegación: "Un cardiólogo muy bueno de Rabat pudo operar a un niño con 'Tetralogía de Fallot', con cuatro malformaciones cardíacas. Ese niño tenía su vida en riesgo, en cualquier momento podía morir, le daban diez años de esperanza de vida. Después de la intervención, ese niño crece sano y su madre lo dejó de vuelta en su país de origen, mientras ella sigue su proyecto migratorio. Nosotros no estamos ni para empujar ni para intentar frenar, estamos para acompañar a las personas en el momento en el que están".

Un acompañamiento en las periferias en el que la Compañía de Jesús se ha comprometido como parte intrínseca de su misión. Para conseguir que aquí, en el Sáhara, la esperanza siga sin defraudar.

Si quieres colaborar con la misión de la Compañía en El Aaiún puedes hacerlo de la siguiente manera:

CUENTA BANCARIA: IBAN Misión y Desarrollo (Secretariado de Misiones de la Compañía de Jesús): ES 10 2100 3205 1122 0036 2790. Concepto: Laayoune - El Aaiún

BIZUM: MISIONES JESUITAS Código: 01747. Concepto: Laayoune

Interior de la Catedral de San Francisco de Asís en El Aaiún.