Su propósito de vida se convirtió en empezar como un mensajero de semillas, y llevar esos mensajes que venían junto con las semillas de los custodios a todas las comunidades que visitara.
Cada semilla trae una información genética de sus territorios y de cada ancestro que la ha sembrado, y cuando se consume y comparte, también empieza a crear esa renovación energética en cada ser.
Siempre ver con ojos nuevos dónde estamos y cómo estamos, como con vista de niño, una soñadora y natural.
La mayor riqueza que tenemos es lo que se refleja en nuestro ser, y lo que hacemos sentir en los demás cuando llegamos a un lugar nuevo.