HUMANIZAR LAS PROFESIONES Despertar, Descubrir y Decidir: así se forja la formación de los profesionales del futuro

Las universidades no deberían dedicarse únicamente a transmitir conocimientos que capaciten para el mercado laboral. Su meta es mucho más ambiciosa y consiste en formar a las personas que pasen por sus aulas de manera que se conviertan en agentes de cambio en la sociedad. En la Universidad Francisco de Vitoria tenemos este objetivo muy claro desde que empezamos nuestra andadura en 1993. Para ayudar en esa tarea hemos desarrollado un exclusivo programa formativo, docente y metodológico que supone una auténtica seña de identidad: "Formar para transformar". En la UFV trabajamos con la vista puesta en el perfil nuestros alumnos, tratando de que estos se distingan tanto por su calidad técnica en las profesiones como por su altura humana en todos los aspectos de su vida y para eso su paso por la universidad es clave.

Un mar de preguntas, un entorno de buscadores.

Fernando Viñado, vicerrector de Alumnos y Formación Integral de la UFV, resalta que la universidad debe ser un espacio para buscadores, para aquellos que se hacen preguntas profundas sobre el ser humano y el sentido de la vida, eso hace una universidad orientada a la excelencia. Viñado explica: “La universidad es el espacio de los buscadores, de los que se hacen las preguntas grandes. Podría parecer que los jóvenes vienen solo para conseguir un título, pero en todo ser humano hay ese principio de búsqueda. Es verdad, a veces lo tenemos apagado con tanta pantalla y entretenimiento banal. Pero tarde o temprano uno se dice ‘¿qué quiero de mí?’. Son preguntas que no giran únicamente en torno al yo, se abren a los otros: ‘¿cómo tomar conciencia o cuidado de ellos?, ¿cómo mejorar las condiciones del mundo?’”.

Queremos preparar las condiciones para que busquen más allá de la inmediatez del entretenimiento o de un aprendizaje técnico, que sean capaces de pensar y analizar problemas, de buscar soluciones y plantear más cuestiones: eso es la formación integral”

A lo largo de la historia se han ido presentando distintos conceptos para reflejar el empeño constante por lograr la formación integral del alumno como pilar en el modelo formativo y eje del propósito de la UFV. Fernando Viñado los explica:

Formar para transformar: “Es casi una redundancia, porque toda formación debe transformar. ‘Se sale de la caja’, porque he estado con alguien que ha despertado en mí una inquietud, que me ha abierto a otra realidad más grande, que me hace ver más. Formación es cuando de repente pasa algo y nace una explosión de vida. Y transforma para bien. Una formación que no me lleve a querer cuidar más al otro es una degradación. Y esto abunda o hace mucho ruido, tapando el silencio”.

Despertar, descubrir, decidir: “Se despierta porque se proporciona luz y porque los estudiantes llegan dormidos o, al menos, les hemos adormecido. Nuestra sociedad, siendo muy buena, tiene una enorme capacidad para adormecer, para despistar y entretener. Estamos pendientes de cosas que nos desvían del foco. Y los grandes asuntos necesitan tiempo, sosiego, silencio, paz. En esta tríada, decidir lo entendemos como tomar las riendas de tu existencia y de lo que conlleva. Decidir ‘ser’ y no ‘tener’. Decidir descubrir el ser del otro”

Razón abierta: “Benedicto XVI decía que hay que ensanchar los horizontes de la mirada descubriendo los límites de la propia ciencia para completarla con la mirada que tiene el otro. El papa Francisco habla de la ‘mirada poliédrica’: perspectivas que abrazan algo conjunto. El diálogo con el otro es para encontrar la síntesis de saberes que, tarde o temprano, nos lleva a una Verdad con mayúscula”.

Vencer el mal con el bien, como lema fundacional de la UFV: “Solo tener la conciencia de que ‘el bien siempre vence’ es ya un fantástico legado cargado de optimismo. Verdad, bien y belleza tienen más fuerza que el mal. Ver las sociedades de alumnos, a tantos estudiantes inquietos, con ganas de comerse el mundo, es maravilloso. Queremos impulsar la revolución humana desde la educación superior. El origen de la palabra revolución es ‘dar una vuelta’: promover un cambio de la mente y del corazón que se abren a otra hondura del ser en la que podemos aportar cambio y mejora, la transformación de la sociedad. Queremos que abran los ojos y que descubran que ellos pueden participar también de ese cambio.

Contarse desde quién se es y no desde lo que se hace y creer que el ser humano es alguien y no algo. Acción Social en la UFV.

Uno de los métodos para lograr ese cambio de paradigma en los estudiantes de la UFV son las horas de Acción Social que todos los alumnos de grado realizan en 2º curso. Susana García Cardo, antigua alumna de Periodismo (promoción 1995), trabaja en el Instituto de Acompañamiento que lidera un programa de acompañamiento dirigido a todos los estudiantes de 1º a 4º.

“Cada año, 2500 alumnos realizan 50 horas de acción social en alguno de los 800 programas ofrecidos por las ONG con las que colabora la universidad. Muchos de los lugares en los que ayudamos necesitan de esas manos. Pero no somos una solución. Nuestro objetivo principal es que todo estudiante se asome a una realidad diferente a la que está acostumbrado, que descubra lo que es capaz de hacer por alguien a quien no conoce y que le puede cambiar la vida. Por la Acción Social se pueden dar cuenta de que el día de mañana van a encontrar realidades parecidas a esas, desde el nacimiento de un hijo con una discapacidad o que el compañero con que has estudiado está en una clínica de desintoxicación”.

No es un voluntariado: es parte de su plan de formación por ser alumnos de esta universidad y por el tipo de egresado que la UFV quiere aportar a la sociedad. Como en la asignatura de Anatomía practican con un simulador, aquí les damos la posibilidad de que se asomen a esa dignidad de la que les han hablado en Antropología, para que la encuentren en una persona como ellos que se encuentra en una situación de vulnerabilidad”

De hecho, la suspicacia inicial sufre, en muchos de los alumnos, un cambio muy fuerte a lo largo del proceso. “Me llama la atención el alto porcentaje de alumnos que siguen con Acción Social una vez que han terminado las prácticas. Hay multitud de universidades y de jóvenes con títulos universitarios: periodistas, abogados, biomédicos. Pero estudiantes que han vivido estas experiencias, que puede dar razones y evidencias de por qué dice que trabaja en equipo y es proactivo, de haber hecho una experiencia social que le ha permitido cambiar la mirada y que le permite contarse desde quién es y no desde lo que hace, es una diferencia que tienen los alumnos que pasan por la UFV”.

Del periodismo a construir pozos en Etiopía: las Misiones en la UFV

Algunos alumnos refuerzan la humanización de su vida profesional de marcado componente transformador, a la que entregan tiempo durante el año y, especialmente, en el verano: las Misiones. Alejandro Carballo, antiguo alumno de la UFV, es una de las personas que se encarga de organizarlas. Todo empezó con un verano de misiones con la UFV: “En Etiopía me tocó acompañar en un orfanato con 200 niños con SIDA”. Esta vivencia transformó su perspectiva y lo llevó a involucrarse en proyectos de cooperación internacional. Al regresar, Alejandro contactó con la Fundación Emalaikat para construir pozos en Etiopía, mejorando la vida de muchas personas.

Como todo en la UFV, estas actividades tienen un carácter universitario, un sentido formativo. “Nosotros como universidad creemos que el alumno tiene que empaparse de la realidad del país al que va, recibir un respaldo del área de Humanidades para entender lo que va a vivir. Lo que hacemos es abrir proyectos desde cero en países en vías de desarrollo, a los que damos continuidad en el tiempo. Vemos sus necesidades y a cuántos alumnos pueden acoger, abrimos una promoción grande para toda la UFV, se apuntan, entrevistamos a los candidatos, seleccionamos.

Asegura Alejandro que es una actividad transformadora tanto en su vida personal como profesional. “Hemos visto muchos frutos. La mayoría no son inmediatos, sino que surgen en la vida laboral o en el proyecto personal de esos estudiantes. A veces hay frutos inmediatos: un cambio de carrera o de orientación profesional, cambiar prioridades en la vida, madurar. Hay cambios con sus familias, con sus amigos, en su solidaridad hacia lo que les rodea de modo que empiezan también a cuidar al que tienen al lado sin necesidad de irse de Misiones. Y es que las Misiones empiezan de verdad cuando vuelves de ellas.

Trabajo de Fin de Grado Social: víctimas, prótesis, malaria, juegos, ropa

Una última dimensión académica del humanizar las profesiones que se busca conscientemente en la educación de la UFV la presenta Ángela Barahona, directora de Acción Social: el TFG Social.

También llevan el Voluntariado Social Corporativo, por el que todo el personal puede dedicar veinte horas anuales dentro de su jornada laboral para colaborar en instituciones o en servicios sociales (formación, desarrollo web, temas de comunicación, voluntariado dando de comer: lo que haga falta). Además, tras la creación del Departamento para personas con necesidades especiales (sapne), cuidan del Programa Avanza de la Fundación Promiva, por el que jóvenes con diversas discapacidades estudian una formación profesional y participan con el resto de los estudiantes de la UFV de las actividades del Campus.

El TFG Social es un programa dirigido a “trabajos de fin de grado con un enfoque social o de emprendimiento. Estos trabajos no solo benefician a las comunidades a las que están dirigidos, sino que también permiten a los estudiantes aplicar sus conocimientos de manera práctica y socialmente responsable”, explica.

Hay numerosos ejemplos de trabajos ganadores y que explican el sentido de la propuesta. Hace unos años ganó una alumna de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte que presentó un proyecto para acompañar a familiares de víctimas de atentados terroristas diseñando un programa completo de salud.

"El año pasado lo ganó una alumna del Grado en Farmacia que es monja del colegio Mater Salvatoris. Han construido un colegio en Benín (África). Allí las niñas hacen, al terminar el colegio, la EBAU francesa, con el mismo nivel que los alumnos de Francia. ¡Pero no tienen laboratorios! Por eso debían aprenderse de memoria toda la parte práctica de Química o de Biología sin haber visto un microscopio o una reacción. Además, es una región llena de malaria. Descubrieron allí determinada planta que si se cultiva ayuda a la prevención. Ella juntó las dos necesidades: hacer en el colegio un cultivo de la planta y crear un laboratorio que ayudara a la producción de la medicina a la vez que permitiría que las niñas estudiaran adecuadamente las materias de ciencias. El dinero que le dimos lo invirtió en material de laboratorio, a la vez que nuestra Facultad de Ciencias Experimentales de la UFV donó microscopios e instrumental al colegio de Benín."

Otro TFG Social fue un alumno que hace juegos adaptados para personas invidentes. Empezó en 1º en la asignatura de HCP con unas damas o un ajedrez. Continuó con otros juegos con su profesor de la asignatura de Responsabilidad Social. El de su TFG lo había hablado con LEGO para que llegaran a producirlo. Era un ‘Hundir la Flota’.

En resumen, la UFV propone una formación universitaria para que además de excelentes profesionales, los estudiantes se comprometan con la mejora de la sociedad desde cada una de las profesiones y facultades. A través de multitud de programas como Acción Social, Misiones y el TFG Social, viajes, actividades culturales y deportivas, sociedades de alumnos y todas las actividades y eventos que se organizan como parte de la extensión universitaria, la UFV integra la formación académica con experiencias que enriquecen la vida personal y profesional de sus alumnos, preparándolos para ser agentes de cambio que contribuyan al bien común.