Orlando Portalatín Águila SJ (22 septiembre 1971, Puerto Rico) entró al noviciado en 2015. Entre 2017 y 2020 estudió filosofía social en Loyola University Chicago (EE.UU.). Durante la etapa de magisterio estuvo en San Juan, Puerto Rico, trabajando como profesor de religión en el Colegio San Ignacio de Loyola.
Desde 2022 vive en Madrid, donde estudia el primer ciclo de Teología en la Universidad Pontificia Comillas. El sábado 8 de febrero será ordenado diácono en la Parroquia San Francisco de Borja (Madrid).
Una respuesta
¿Qué significa la vocación jesuita para Orlando? Lo tiene claro: "Responder a una llamada y a vivir una vocación particular, que de alguna manera es comunicarle al mundo que hay esperanza", explica.
Estar en reflexión continua y los Ejercicios Espirituales
Si Orlando tuviera que decir dos cosas que le atrajeron de la espiritualidad, diría, primero, la reflexión: "Hay un énfasis muy grande en siempre estar en reflexión, evaluar lo que está sucediendo alrededor y discernir cómo Dios está actuando en el mundo", responde.
En segundo lugar, nos habla de los Ejercicios Espirituales: "A través de ellos podemos profundizar y llegar a una relación concreta con Dios, lo que de alguna manera el Señor se comunica con nosotros personalmente y de esa manera podemos descubrir cuál es nuestra misión en el mundo", añade este jesuita puertorriqueño.
Un puertorriqueño que conoce la Compañía en Estados Unidos
"Yo conocí la Compañía de Jesús en Estados Unidos, a los 17 años me mudé allí y ahí comienzo a trabajar muy arduamente con la pastoral juvenil, con jóvenes y adultos, etc..." reconoce Orlando.
"A los 22 años veo que no es el momento y sigo mi carrera universitaria" reflexiona.
Aunque consideró entrar al seminario joven, a los 22 años ve que no es el momento, pero la llamada seguía ahí: "Comienzo un proceso de introspección, un proceso de oración y un proceso de comunicación con Dios y de dirección espiritual y descubro que esa llamada es muy real", cuenta Orlando.
La riqueza de la espiritualidad ignaciana
Es cuando participa de un retiro basado en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de su parroquia, que era una diocesana, y ahí descubre la profundidad y la riqueza de la espiritualidad ignaciana: "Ahí comienzo a conocer esa intuición jesuítica, pero no fue hasta que entro al proceso de discernimiento cuando conecto con un jesuita que fue con me acompañé antes de entrar a la compañía en 2015", explica.
La ordenación diaconal: el próximo paso
Para Orlando, lo que ocurrirá el 8 de febrero, su ordenación como diácono, supone el hecho de que es el próximo paso: "También supone una gran responsabilidad y un gran deber, yo creo que hoy día la Iglesia y la sociedad están buscando respuestas concretas a los problemas existenciales", cuenta.
No es una vocación tardía, es una respuesta tardía
Orlando tiene 53 años, pero desde joven ha sentido esa inquietud por responder a una invitación: "Esa invitación la pone ahí el Señor, esa invitación no es algo que nació de mí y no fue un capricho", admite. Mucha gente le dice que es una vocación tardía: "En cierto punto, tienen razón porque no tengo 20 ni 30 años, tengo 53, pero más que una vocación tardía, yo diría que es una respuesta tardía porque siempre la inquietud ha estado ahí", reflexiona.
"Si un joven viene hoy día a decirme que tiene esta inquietud, yo le digo que le eche ganas, que vale la pena porque es el mismo Dios quien nos está haciendo ese llamado", dice Orlando.
"¿Qué mejor respuesta y qué mejor manera de responderle a Dios que con un sí?", concluye este jesuita puertorriqueño. En este enlace tienes más información de las ordenaciones sacerdotales y puedes acceder a la retransmisión en directo el 8 de febrero.