Álvaro Zapata Monllor SJ "Dios me invita a una vida consagrada a Él y a su pueblo"

Álvaro Zapata Monllor nació en Granada el 10 de diciembre de 1991, aunque ha vivido toda su vida en Córdoba. Entró en la Compañía el 4 de septiembre de 2014, habiendo cursado estudios de Derecho que finalizó después como jesuita en Deusto. En Bilbao, entre 2016 y 2018, hizo un Máster en Ética social y otro de profesor de secundaria. Los dos años siguientes realizó el magisterio destinado en Tudela, mientras trabajaba en el Colegio San Francisco Javier y el Centro Padre Lasa, además de colaborar en la parroquia de Lourdes.

En 2020 fue destinado a la Ventilla en Madrid, y en 2022 pasó a Maldonado, mientras cursaba los estudios de filosofía y teología, colaborando especialmente en el grupo scout Goa. Tras su ordenación diaconal, fue destinado a Roma para cursar la licencia de teología fundamental en la Universidad Gregoriana. En la Compañía, siempre ha estado muy vinculado al sector social.

Los días previos a la ordenación sacerdotal, Álvaro los vive en medio de la vorágine del final de curso en Roma. La carga de estudios con el final de los exámenes no le ha permitido ser verdaderamente consciente de la cercanía de la ordenación, pero los recordatorios constantes de compañeros y amigos, y la oración que le acompaña, le hacen saberse llevado de la mano por Dios.

“Hacerse” sacerdote

Ahora echa la vista atrás, y su camino en la Compañía ha sido toda una casualidad. “La encontré y pronto reconocí un espacio donde Dios me hablaba y me invitaba”. Una llamada que vivió en dos tiempos, primero como hermano jesuita, y luego al sacerdocio. Álvaro recuerda cómo otros jesuitas le decían que, además del rito de la ordenación, es la gente la que hace a uno verdaderamente sacerdote, con su oración, abriendo las puertas de sus casas, interpelando, mostrando confianza e intimidad… Y admite que a él le ha ayudado mucho a retomar el camino cuando se ha desviado.

En cualquier caso, la Compañía le ha puesto en lugares muy diversos. Una diversidad que considera riqueza, y que le ha ayudado a conformarse hasta la persona que es hoy.

“En el examen diario y en el contraste de otros, el Señor ha ido haciendo un camino conmigo: el camino de la fidelidad”

El Señor lo ha dado todo. Y esto es más que una frase bonita si te paras a examinar en serio tu vida. A mí me ha tocado hacerlo e intentar responder en la medida en la que me ponía a la escucha de lo que Él, a través de la Compañía y la Iglesia, me ha ido pidiendo.

Pronto descubres que ni tú eres el que pensabas que eras, ni la Compañía ni la Iglesia, son las que pensabas que eran. Entender esto en clave de crecimiento y esperanza y no como decepción personal e institucional ha sido clave para continuar haciendo camino, confiando en la fidelidad del Señor, que no se cansa de nuestros cansancios y no se rinde cuando nosotros sí lo hacemos. Y así sigues adelante, porque Él va por delante y tira de ti.

Ahora que se acerca el momento de la ordenación, Álvaro cree tener claro su significado, reflejado en el propio rito de la misa: "rezar, celebrar, vivir delante de Él y servirle allí donde Él ya está, en medio de su pueblo. Allí nos espera y nos llama".

Pertenencia a una iglesia universal, fuerte y alegre

A diferencia de sus compañeros que han estado en Estados Unidos, los últimos meses de formación para Álvaro le han llevado a Roma. Lo define incluso como una experiencia privilegiada de Iglesia. “Ha sido emocionante e impresionante verse en medio de la multitud que vive con esperanza y genuina alegría la elección del nuevo Papa”, reconoce. Desde dentro, ha podido experimentar en persona el inicio del pontificado de León XIV que la mayoría de católicos se conforma con seguir por televisión.

Para Álvaro, ha sido toda una experiencia de la riqueza carismática eclesial, donde la diversidad forma parte de un todo más grande. Una diversidad que palpa incluso dentro de los jesuitas, aunque haya unidad. “La universalidad de la Iglesia la abre a todos, como los brazos de la plaza de San Pedro, para que vivamos juntos, delante de Dios, sirviéndole, cada uno desde lo que es, pero todos unidos”.

Dentro de su propia realidad, él solo tiene una certeza: “el Señor es tenaz y no se cansa de mí”. Esa fidelidad de Dios es prueba suficiente de que el camino no pertenece a nadie más que a Él.

Aunque la escena que verdaderamente le inspira antes de su ordenación, es el Nacimiento de Jesús. Citando a San Juan de Ávila, a Álvaro le gusta ver al sacerdote como alguien dispuesto a ser como el pesebre, un lugar que sabiéndose indigno, acoge a Dios y lo muestra a la humanidad.

“Ojalá que en mi pobreza y en mi limitación Dios pueda mostrarse a otros y yo le reconozca en mi vida.”

Álvaro Zapata Monllor SJ recibirá la ordenación sacerdotal de manos de D. José Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez, el día 5 de julio de 2025 en la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros en El Puerto de Santa María (Cádiz).

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