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¿EL SECRETO? REVISTA LOGIA

¿EL SECRETO?

Por Alfonso Aparicio Estrada

En los últimos años, a raíz de la publicación en 2006 del libro “El secreto” escrito por Rhonda Byrne y al resurgimiento de los movimientos “New age” y corrientes pseudo gnósticas, hemos escuchado mucho acerca de “la ley de atracción”. Esta nos dice que, si le pedimos al universo lo que deseamos, sintiéndolo de verdad, de alguna manera mágica se nos concederá, y que debemos de tener cuidado con nuestros pensamientos negativos porque son estos los que nos llevan a la ruina, desamor, pobreza, carencias, etc.

Así pues, nos encontramos con toda una generación que va pidiéndole al universo y anda intentando “vibrar alto”, sin detenerse a meditar sobre la veracidad o falsedad que pudiese existir en tan mencionado poder de atracción.

Y es que de cierta forma el libro es una amalgama de conceptos herméticos, filosóficos y psicológicos; resumidos, abreviados, empaquetados y edulcorados (obvio, libres de gluten) para esta sociedad de consumo, ávida de recompensas inmediatas.

Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?

Aunque muchos de ustedes quizás hayan podido identificar algunos de los principios herméticos actuantes dentro de esta ley de atracción: vibración, mentalismo y correspondencia; antes de adentrarnos más en las profundidades del hermetismo debemos comenzar con un hecho irrefutable: lo que no conocemos, no existe.

Solo podemos conocer algo hasta que somos conscientes de su existencia. Nuestro universo se reduce a lo que conforma nuestro campo cognitivo; por lo tanto, si desconocemos algo, simple y tajantemente no existe para nosotros.

Entonces podemos decir sin temor a equivocarnos: Si, todo es mente.

¿Pero basta con pensar en algo para atraerlo? La respuesta, como casi todo en el hermetismo, es ambivalente: sí y no.

Comencemos recordando que todo lo que hemos logrado como especie desde que salimos de las cavernas (tanto literal como metafóricamente) se debe a nuestra capacidad de atención, el poder concentrarnos en la resolución de un problema.

Esta atención, que por cierto es limitada y unidireccional, es crucial. Aunque en los últimos años, debido a la proliferación de los sistemas computacionales, se ha puesto de moda el término "multitasking" para referirse a la capacidad de hacer varias cosas a la vez, debemos aclarar que esta capacidad es inherente y aplicable solo a las computadoras, no a los seres humanos.

Cada vez que creemos estar haciendo varias cosas a la vez, en realidad estamos cambiando rápidamente nuestro enfoque de una tarea a otra, con las consecuencias energéticas que esto conlleva (cansancio, estrés, somnolencia, etc.) y las posibles fallas en alguna de estas múltiples tareas.

Entonces, nuestra atención es limitada pero poderosa; y cuando la aplicamos a la resolución de problemas, es imparable. Una muestra de ello es la sociedad tecnológica en la que vivimos. Cualquier avance logrado por la humanidad es el resultado de la concentración de una o varias personas en la búsqueda de la solución a algún problema o en la obtención de algún desafío o sueño.

Pero como bien sabemos, los hermanos Wright no se sentaron a vibrar mentalmente esperando que el universo les materializara una máquina que pudiese volar. Es el pensamiento y la acción, lo que genera cambios, es la ecuación del desarrollo humano y lo que se esconde realmente detrás del poder de la atracción.

¿Se han fijado como cuando queremos algo no podemos dejar de pensarlo?

Cuando deseamos vehementemente algo, nuestra atención se vuelca hacia el objeto de nuestro deseo, tanto que nos vemos distraídos de otras ocupaciones y menesteres; aquí empieza la “magia”.

Nuestro cerebro está concentrado, en su totalidad, a la consecución de su objetivo, poniendo con esto en marcha un sinfín de acciones que nos acercan irrefutablemente a la victoria. Siempre me ha gustado poner el ejemplo de cuando una persona nos atrae, ese breve periodo conocido como enamoramiento. De la noche a la mañana todo nos recuerda o nos habla de esa persona; canciones que hasta ayer carecían de sentido, hoy pareciera que fueron escritas para definir nuestros mismísimos sentimientos, lugares y sitios que nos tenían sin cuidado, ahora a nuestra imaginación son promesas latentes de hechos futuros. Personas desconocidas en la calle que por segundos confundimos con la persona deseada. Todo nuestro mundo se transforma en un espejo de nuestro deseo.

Con esto, en primer lugar, logramos que nuestro cerebro este buscando a nivel subconsciente un sinfín de rutas de acción para la consecución de nuestros fines. Así nos vemos trazando un sinfín de planes maquiavélicos e imaginando múltiples escenarios distintos y hasta tenemos diálogos y comportamientos para cada uno de ellos.

En segundo lugar, tenemos micro comportamientos que nos llevan a generar miles de micro acciones; sutiles, desapercibidas para nosotros y los demás, sin embargo, todas estas nos acercan mas y mas, lenta pero inexorablemente hacia nuestro tan preciado objetivo.

Y por ultimo la acción total, todas las fichas al centro, ¡all in! Comportamientos y acciones a gran escala, cambio de hábitos, de apariencia, de gastos. Ataque frontal, toda la caballería, hasta que por fin vemos esa resistencia vencida. Hemos triunfado. El universo conspiro a nuestro favor. Y si, todo comenzó pensándolo.

Así que, si quieren algo en su vida, concéntrense en ello con toda su fuerza y verán como “mágicamente” empieza a suceder.
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