Pedro R. Rodríguez López SJ "somos como un puzle en el que todo va encajando"

Pedro R. Rodríguez López nació el 16 de agosto de 1990. Vivió hasta los seis años en el pueblo cordobés de Montoro, para luego trasladarse a la capital de provincia, donde vivió toda su etapa escolar. Antes de ser jesuita, cursó tres años de la licenciatura de Historia en la Universidad de Córdoba.

El 8 de septiembre de 2011 ingresó en el Noviciado de la Compañía de Jesús en San Sebastián. Cursó el bienio filosófico en Salamanca, apoyando en la Parroquia del Milagro de San José y participando como scout. Dedicó un año a terminar el Grado en Historia en la Universidad de Granada, y comenzó a guiar grupos de iniciación en la experiencia de Dios. Los dos años siguientes estudió en Madrid el Grado en Filosofía y realizó el Máster en Educación en Comillas, años en los que colaboró en el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo.

El destino de magisterio le llevó al norte de Perú por otros dos años, concretamente, en Piura, trabajando como espiritual y formando parte del grupo de pastoral juvenil y vocacional.

De nuevo en Madrid, realizó el Bachiller en Teología y el Máster de Espiritualidad Ignaciana en Comillas. Durante el último año, ha vivido en Boston, estudiando la licencia en Historia de la Iglesia, y colaborando en la pastoral penitenciaria de la prisión de Norfolk.

Un estilo y una forma de vida

Ahora mismo, Pedro se encuentra pasando días de descanso con la familia y amigos, después de finalizar el curso en Estados Unidos. Vive estos días como un tiempo de agradecimiento, para poder centrarse en la ordenación.

Su vocación la describe como un puzle, en el que todo se va encajando. Las personas, los sentimientos y, sobre todo, la relación con Dios, desvela la claridad sobre cuál es el camino de cada uno. En ello, él ha visto lo que quiere, lo que sueña y quién es realmente.

��Somos tabula rasa o tabula plena? ¿La vida se escribe o se desvela? Para mí, somos como un puzle en el que todo va encajando.

“No me entiendo sin ser jesuita”

Pedro tiene muy claro que su vida queda dividida en las tres etapas que componen su biografía. Su infancia en el pueblo, su niñez y adolescencia en Córdoba, y los 14 años que cumplirá en septiembre en la Compañía.

Todo esto lo vive como un camino de madurez, que ha ido constituyendo su forma de ser y de pensar, hasta el punto de que ahora mismo no se entienda a sí mismo sin ser jesuita.

Creo que en el proceso Dios va estirando nuestras capacidades, de tal manera que, si uno mira hacia atrás, pueda decir: yo solo nunca hubiera llegado a este punto del camino. Pero también se vale de ti en determinados momentos…

“Ser canal de Cristo”

Para Pedro, las distintas experiencias pastorales que ha vivido le han mostrado la importancia de la amistad y de la acogida, para poder atender a cada persona según su necesidad: ya sea esperanza, perdón o misericordia.

Tengo la suerte de vivir inmerso en la acción que Cristo, como sacerdote eterno, sigue obrando en cada una de las personas de este mundo, por medio de los sacramentos y la cotidianidad del hacer de Dios.

No obstante, reconoce que, a la hora de vivir su vocación, no necesita unas certezas extraordinarias. Las tiene en la Revelación, la Tradición o el Credo que nos confirma en la fe… Pero todo lo demás es aventura.

De la experiencia de este último curso en el extranjero, explica que se ha vuelto a sentir como un niño, gracias a las pequeñas cosas de los choques culturales que son capaces de provocar sorpresa y admiración.

Fuera de la zona de confort de uno mismo, que representa la estabilidad, Pedro encuentra los éxitos y los fracasos. A la hora de afrontarlos, la reacción muestra la verdadera calidad humana.

El consejo que Pedro daría a alguien que se esté planteando la vocación es "que se lance", porque luego hay tiempo para discernir, aunque “las cosas que se piensan mucho terminan aburriendo”.

Los mejores planes son los que salen sin más, porque la felicidad no puede programarse, simplemente sucede.

Al final, hoy por hoy, Pedro vive su oración como un coloquio permanente en el que Dios le habla de confianza. El Evangelio rompe el espacio-tiempo para poner a cada persona en presencia de lo Divino, en conversación con la Palabra.

Pedro R. Rodríguez López SJ recibirá la ordenación sacerdotal de manos de D. José Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez, el día 5 de julio de 2025 en la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros en El Puerto de Santa María (Cádiz).

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