Loading

El nuevo marco estratégico de la Fundación nos anima a trabajar por un modelo educativo que ponga a la persona en el centro, educando personas “más humanas que nunca”.

En un mundo globalizado y tecnológico caracterizado por la incertidumbre, se necesitan personas consistentes que estén conectadas con el sentido de sus vidas, y dispuestas a comprometerse con su cuidado y transformación desde el crecimiento de las relaciones con los demás y con una actitud de apertura al mundo.

Objetivo educativo 2023-2026

El objetivo educativo de los próximos tres cursos se vincula a distintos aspectos de este modelo educativo.

“Fomentar en la comunidad educativa el cuidado de la vida para hacerla crecer en todas sus dimensiones:

cuidado personal, que lleve a un crecimiento interior y del sentido de la vida,

cuidado de las relaciones con los demás que promuevan el crecimiento mutuo y

la apertura al mundo a través del crecimiento de una ética del cuidado, responsable de todo lo creado y su diversidad”.

Será un objetivo para tres años de modo que cada curso se centre en uno de estos tres aspectos a través del lema:

23-24: Camina con sentido

24-25: Contigo soy

25-26: Abiertos al mundo

LEMA CURSO 22-23

El cuidado personal (AUTOCUIDADO) se ha convertido en una prioridad en la sociedad actual. Y este va más allá de la búsqueda de la supervivencia o de las necesidades básicas para vivir. Este cuidado busca el bienestar personal, una buena calidad de vida y felicidad.

Uno de los objetivos de desarrollo sostenible promulgados por la ONU es:

Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Cada vez nos preocupa y nos ocupa más, dedicando muchos recursos en mejorar nuestra salud física, mental y emocional en cualquier etapa de la vida. (ODSnº3)

Por otro lado, la sociedad nos ofrece constantemente muchos medios para ello, convirtiéndose, a veces, en un objeto más de consumo.

Pero todo esto, por sí solo, no garantiza el bienestar y una vida plena. Muy a menudo estos medios (los “cómos”) se convierten en un fin en sí mismo que, lejos de hacernos crecer, provocan que nuestra felicidad y bienestar dependan de unos modelos de persona, en general vacíos y difíciles de alcanzar. Y que la sociedad actual los pone como ejemplos de vidas de éxito. En muchos casos, el cuidado personal dirigido a un ideal de persona concreto genera insatisfacción, pérdida de autoestima y es la fuente de algunos problemas de salud mental.

El cuidado de la persona y su bienestar va más allá de cuidar la salud física, la mental o, incluso, emocional. El “cuidado de uno mismo”, que propone el objetivo educativo, es el cuidado de la vida, de la existencia de cada persona, de la razón por la que cada uno está en el mundo.

Este cuidado personal nos lleva a conocernos y valorarnos con nuestras características físicas, nuestras capacidades intelectuales y nuestras emociones, que no deben responder a un patrón determinado sino que nos convierten en únicos e irrepetibles y, por tanto, valiosos. Y reconocer en todo ello a una persona con un propósito en la vida.

Cuidarse personalmente es, sobre todo, un cuidado interior que haga crecer las fortalezas y pasiones, y descubrir que nuestra vida tiene un propósito y que cuidar de este es lo que da sentido a la vida. Va más allá del cómo vivimos, se dirige a cultivar todo aquello que fortalece el para qué vivimos, cuál es nuestro propósito, el sentido de nuestra vida.

Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo (Nietzsche).

Cuidar de uno mismo es reconocer que la propia vida tiene un significado y, desde ahí, tiene sentido todo lo demás.

Cuidar de uno mismo es encontrar aquello que nos motiva y nos da razones para hacer lo que hacemos en cada momento del día, de dar sentido hasta a nuestras dificultades y errores.

Este curso es una oportunidad para crear momentos de reflexión en la comunidad educativa sobre la importancia del cuidado personal, el de la entera persona, desde esa búsqueda del sentido de la vida. Un sentido de la vida responsable, que le dé valor y que se refleje en el modo de vivir. Un sentido de la vida que de luz a todo lo que hacemos, oriente las decisiones y nos ayude a interpretar los acontecimientos.

Todo tiene sentido si vivimos respondiendo desde nuestro propósito en la vida a las necesidades del mundo como personas únicas con sus propias fortalezas y pasiones.

El lema: Camina con sentido, invita a cuidar el para qué vivimos, qué nos empuja al caminar en la vida. Cuidar el “para qué” y poner los “cómos” al servicio de este.

Como educadores estamos llamados a acoger las preguntas de sentido que surgen en nuestra vida, a permanecer en la búsqueda de nuestro propósito y a suscitar y acompañar las búsquedas de nuestros alumnos y compañeros desde el cuidado de la entera persona.

¿Cómo caminar con sentido, siendo personas autónomas?

Caminar con sentido implica tener un propósito en todo lo que se hace. Una persona autónoma es responsable de tomar las decisiones que más le acerquen a ese propósito. Ser autónomo no es vivir desconectado, es tomar conciencia de todo lo que a uno le condiciona y actuar en libertad, pero con un fin.

Una persona autónoma orienta su vida en función de su propósito, así marca sus metas, reconoce sus prioridades, dedica tiempo a reflexionar sobre sus decisiones, reconoce los errores y aprende de ellos, mantiene un actitud positiva ante los desafíos porque da valor a lo que hace.

El sentido de la vida le hace más libre y autónomo sabiendo que depende de él conseguir su propósito.

¿Cómo caminar con sentido, siendo personas comprometidas?

Caminar con sentido significa ser fiel a los valores y motivaciones personales. Una persona comprometida reconoce su responsabilidad en cambiar el mundo, dedica su vida a lo que tiene un impacto positivo desde estos valores y motivaciones.

Una persona comprometida reconoce los principios que guían sus decisiones, se involucra en lo que hace porque conecta con su propósito y le hace feliz porque todo le da sentido y se siente necesario.

¿Cómo caminar con sentido, siendo personas creativas?

Caminar con sentido implica ser auténtico y coherente en todo lo que se hace y crear vida en todo lo que se hace. Una persona creativa abre puertas, mira, sueña, busca nuevas ideas y perspectivas que le inspira y conecten con su visión del mundo, para darle sentido. Se hace preguntas sobre su vida y su existencia.

Una persona creativa experimenta y no tiene miedo a probar, a buscar nuevas metas, asumiendo el riesgo de equivocarse, porque tiene un propósito que da luz a los retos y celebra todo lo que hace desde el sentido de su vida.

Desde una mirada creyente

“Jesús sigue llamando a los jóvenes a vivir la vida con sentido. Somos invitados, como Familia Madre Cándida, a seguir insertándonos en la pastoral eclesial con los jóvenes y a caminar con ellos. El Sínodo de 2018 nos ofrece propuestas orientadas a renovar la pastoral juvenil vocacional y a liberarla de esquemas que ya no son eficaces. Los mismos jóvenes son agentes de la pastoral juvenil, acompañados y guiados, pero libres para encontrar caminos siempre nuevos con creatividad y audacia (…). Ellos nos hacen ver la necesidad de asumir nuevos estilos y nuevas estrategias”

Llamada en la acción apostólica de la CG XVIII

Esta llamada nos habla también de Caminar con sentido, ya que nos invita a desplegar una Pastoral Juvenil Vocacional en la que los propios jóvenes sean agentes acompañados y guiados, lo que sólo será posible si impulsamos en nuestros colegios una cultura vocacional en la que suscitemos las preguntas de sentido y acompañemos la búsqueda de un proyecto de vida.

El sentido de la vida es para el creyente reconocer a Dios en ella. Cuidar del sentido de la vida es cuidar la vocación, la llamada que Dios hace a cada persona y que esta convierte en el propósito de todo lo que hace y en fuente de felicidad.

Santa Cándida en todos los momentos de su vida, incluso en los difíciles y complicados, nos invita a reconocer la presencia de Dios en ello: “En todo debemos de ver la mano de Dios”.

Ella descubrió que lo que daba sentido a su vida era ponerla en manos de Dios y hacer posible el sueño que Dios tenía para ella y para el mundo. Desde muy joven fue consciente de ello, formulándolo es una frase que todos conocemos:

“Yo sólo para Dios”

En su vida vivió que esto era lo que le hacía feliz. Ella decía:

“ Me gusta que estéis alegres en el Señor”.

Con esta frase no nos habla de una alegría cualquiera sino de la alegría profunda, que llena por dentro y brota de la confianza en Dios y de buscar siempre lo que Dios desea porque en ello está la felicidad:

“Estamos contentísimas cumpliendo la voluntad de Dios”.

Camina con sentido en la vida del creyente requiere dedicar tiempo al cuidado de la interioridad, a hacernos conscientes de cómo Dios se manifiesta en nuestro caminar y a dejarnos acompañar por Jesús en este camino.

Camina con sentido será un lema desde el que impulsar el sentido de la vida que, en algunos casos, será despertar a la consciencia de uno mismo y a la trascendencia y, en otros, profundizar en la llamada que Dios nos hace cada día y al compromiso que cada uno tenemos con Él.