DIALÉCTICA DE PODER: HEGEL - FOUCAULT REVISTA LOGIA

DIALÉCTICA DE PODER: HEGEL - FOUCAULT

Por Martín Saucedo Hernández

Hegel desarrolló su enfoque dialéctico como un método para comprender el cambio y el desarrollo de la realidad, especialmente en el ámbito de la historia, la sociedad y el pensamiento humano. La dialéctica Hegeliana se basa en la idea de que el cambio y el progreso ocurren a través de un proceso dialéctico de tres etapas, la tesis, antítesis y síntesis.

La tesis representa una afirmación inicial o una idea existente sobre un tema o concepto, la tesis es la posición establecida o aceptada en un momento dado de un concepto o algo. La antítesis surge como una contradicción o negación de la tesis, es una fuerza o idea opuesta que desafía la tesis existente que busca refutar o superar la idea inicial.

La síntesis como tercer elemento es un paso, la tesis y antítesis se reconcilian o se unen en un nuevo estado de comprensión que incorpora elementos de ambas, la síntesis no solo resuelve la contradicción entre la tesis y la antítesis, sino que también lleva el proceso a un nivel superior de comprensión.

Este proceso dialéctico se repite constantemente generando un movimiento continuo de cambio y de desarrollo, cada síntesis se convierte en una nueva tesis, dando lugar a una nueva antítesis y así sucesivamente. Hegel aplicó la dialéctica no solo a la filosofía sino también a la historia, a la religión a la política y a otros cambios incluyendo al poder. Creía que esta era la forma en la que el espíritu humano avanzaba hacia una mayor comprensión de su propio ser, su realidad y de su propia libertad.

Es importante destacar que la dialéctica de Hegel no es solo un proceso abstracto, también refleja su visión del mundo como un sistema constante y evolutivo en donde los opuestos están en una dinámica continua y permanente de conflicto, pero a su vez también en una constante de interacción y desarrollo.

Por ejemplo, ¿Cómo podríamos contrastar la dialéctica de Hegel desde la perspectiva del poder en contraste con Michael Foucault? Para Hegel el poder como una estructura jerárquica y coercitiva, lo puede concebir como una estructura de dominación en la que una entidad como un gobierno, institución o individuo, ejercen su autoridad sobre otros de manera coercitiva-impositiva. Esta sería la tesis desde la óptica Hegeliana inicialmente.

En la antítesis de Michael Foucault, el poder lo podríamos observar como una red de relaciones y discursos. Foucault propone una visión más compleja del poder en contraste de Hegel, en la que no se trata de una imposición de una relación jerárquica de arriba hacia abajo, sino que se manifiesta a través de una red de relaciones sociales y discursos, que parte de una microfísica de poder que se mueve desde el centro hacia los lados, hacia arriba o hacia abajo.

La antítesis sería entonces, la idea de que el poder no se concentra en manos de unos pocos desde una posición jerárquica, sino que ésta se encuentra dispersa en toda la sociedad y se ejerce a través de diferentes formas de control y regulación, incluidas las instituciones, las prácticas sociales y por supuesto desde la óptica de Foucault a través de los discursos dominantes.

La síntesis entre Hegel y Foucault, la podríamos entender como un proceso dialéctico de dominación y resistencia. En esta etapa Hegel y Foucault, podrían converger en la idea de que el poder es un proceso dinámico en el que la dominación y la resistencia interactúan de manera constante y con una dinámicamente infinita. La síntesis sería, una comprensión de que el poder que reconoce tanto su naturaleza coercitiva como su dispersión en las relaciones de poder en redes sociales y discursos, implican que podríamos observar o ver el poder, no como una entidad estática o monolítica, sino como un campo de lucha en donde las fuerzas dominantes y las de resistencias se enfrentan y se transforman mutuamente a lo largo del tiempo en una red diversificada de relaciones de poder.

Este proceso dialectico nos lleva a una comprensión más compleja y matizada del poder, que incorpora tanto las ideas de Hegel sobre la autoridad y la jerarquía, como las de Foucault sobre las relaciones de poder y los discursos. En esta síntesis el poder se entiende como un fenómeno multifacético, que reúne tanto la imposición como a la resistencia, un poder que se despliega a través de una variedad de prácticas sociales, instituciones y discursos.

La dialéctica del poder de acuerdo con Hegel y Foucault ofrece una comprensión profunda de su naturaleza y funcionamiento en la sociedad. Por un lado, Hegel lo observa como una fuerza dinámica que impulsa el desarrollo de la historia humana a través de un proceso dialéctico. En su obra “La Fenomenología del Espíritu”, argumenta que el poder surge de las relaciones sociales y se manifiesta en la lucha constante en diferentes fuerzas antagónicas. Esta lucha dialéctica, según Hegel, lleva a la superación de contradicciones y al avance hacia una mayor realización del espíritu humano.

Por otro lado, Michael Foucault, adopta una perspectiva más específica y contextualizada del poder en su análisis. Foucault rechaza la noción tradicional de que el poder reside únicamente en instituciones políticas o en el Estado, y en su lugar propone que el poder se encuentra disperso por toda la sociedad y se ejerce a través de relaciones de poder microscópicas y técnicas de control. En obras como “Vigilar y Castigar” e “Historia de la Sexualidad”, Foucault muestra cómo el poder opera a nivel disciplinario y normativo, moldeando las prácticas sociales y los comportamientos individuales.

La contribución de Hegel y Foucault a la comprensión del poder es invaluable. Mientras Hegel destaca la naturaleza dialéctica y evolutiva del poder en la historia, Foucault revela sus manifestaciones concretas y sus mecanismos de operación en la sociedad moderna. Juntos estos dos enfoques nos permiten apreciar la complejidad del poder y su papel central en la configuración de las relaciones humanas y las estructuras sociales. En última instancia, la dialéctica del poder nos invita a reflexionar sobre cómo podemos transformar las relaciones de poder para promover una sociedad más justa y equitativa una vez equilibradas las relaciones de fuerza entre el poder y la resistencia.