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EL FRANQUISMO CONTRA LA MASONERÍA REVISTA LATENTE

EL FRANQUISMO CONTRA LA MASONERÍA

ENTREVISTA A TXEMA OLEAGA ZALVIDEA

GRAN MAESTRO DE LA GRAN LOGIA DE ESPAÑA

LOGIA: Se dice que Francisco Franco quiso pertenecer a la Masonería en España, y por alguna razón no se admitió. ¿Cuál era la animadversión que sentía Franco contra la Masonería?

TXEMA OLEAGA: En primer lugar, tengo que decir que hay una especie de leyenda según la cual Franco solicitó el ingreso en la masonería y fue rechazada, y esto fue lo que le motivó al odio; es una explicación que se ha intentado dar sobre el porqué este fanatismo contra la masonería; sin embargo, esta cuestión en los últimos tiempos está en duda. Hay un historiador, muy serio, Juan José Morales, que ha escrito un libro muy interesante sobre esta cuestión y ha llegado a la conclusión de que Franco jamás pidió el ingreso en la masonería. Porque si bien es verdad que familiares suyos eran masones, como un hermano, por ejemplo, que era masón, o que también había otros militares que formaban parte de la masonería, por ejemplo, el general Cabanellas que era el primer jefe del estado mayor que se reveló contra la República legitima, pues, pese a que estas personas pudieran ser masones, sin embargo, Franco jamás participó de los valores de tolerancia, de libertad, igualdad y fraternidad; todo lo contrario, era un hombre profundamente fascista, en cuanto a su manera de ver la vida y profundamente intolerante, además de tener una religiosidad extrema, entendida así por considerar que todo aquel que no practicara su religión, o que tuviera dudas, pues era poco más o menos que alguien a quien había que acabar.

Por tanto, no es que Franco persiguiera a la masonería porque esta le hubiera rechazado, sino que Franco utilizó a la masonería como chivo expiatorio, algo que hacen muchos dictadores, para acusarle de todos los males y así tener un enemigo al que perseguir.

Pondré un ejemplo para que cualquiera entienda bien esto: es una cuestión que está perfectamente detallada, nos lo explicó el secretario de estado para la memoria democrática que también es un investigador de masonería; nos contó que Franco, la primera ley que aprueba, es la ley de represión de la masonería y el comunismo, que es como la llamó, y creó un tribunal y ese tribunal abrió 80 mil causas contra supuestos masones; sin embargo, en aquel momento de la historia, es decir en el año 1939, que es cuando gana la guerra Franco, no había más allá de 4 mil masones en España, con lo cual era absurdo que alguien pudiera abrir 80 mil causas cuando solamente había 4 mil masones.

Entonces, ¿qué es lo que ocurrió? Que se utilizó el chivo expiatorio de la Masonería para perseguir a todas aquellas personas que fueran discrepantes o que no estuvieran al servicio de la ideología dominante; y fue una persecución durísima, no ha habido ningún país del mundo que haya perseguido a la Masonería, con tanta saña, como la persiguió Franco y su régimen.

LOGIA: Uno de los antídotos, ante este tipo de ideologías autoritarias es el conocimiento de nuestra historia; en Argentina, por ejemplo, en donde también sufrieron un golpe de estado, a raíz de las protestas de las "Madres de Mayo", se ha tratado de recuperar la historia. En España también yacen las victimas en el anonimato, en fosas que todavía no se exploran. ¿Ha habido un intento en España por rescatar la historia?

TXEMA OLEAGA: Esto es un tema de total actualidad, esta pregunta me es muy importante en este momento concreto de la historia, vamos a ver: Cuando comienza la transición, de alguna forma, se deja del lado este asunto para centrarnos en la convivencia y en tener un proyecto de vida en que todos podemos ser partícipes; pero era necesario y faltaba cerrar ese círculo mediante las llamadas “leyes de memoria”. La primera fue la ley de memoria histórica y la segunda, la ley de memoria democrática que se aprobó hace muy poco tiempo. Estas leyes, lo que pretenden es, fundamentalmente, situar a los ciudadanos y a las ciudadanas ante el espejo de lo que fue la dictadura y decirles: no hubo un pacto entre la dictadura y la democracia, lo que hubo fue la victoria de la democracia; y los fascistas tuvieron que aceptar su propia derrota y lo que ocurrió fue que se les perdonó. Si aceptaban la democracia, se perdonó, de alguna manera, sus desmanes, con tal de que aceptaran la voluntad popular y el respeto a las reglas del juego democrático.

Esto es lo que pasó y esto es lo que significan las leyes de memoria democrática. No olvidemos que España es uno de los países del mundo que tiene más personas enterradas en fosas comunes y esto no puede ser. Muchísimas familias que están buscando a sus familiares, que fueron asesinados y que fueron enterrados de una manera ignominiosa, los quieren recuperar para honrarles, como cualquiera de nosotros quiere honrar a un familiar suyo que ha podido fallecer.

Sin embargo, tengo que decir, y esto me preocupa particularmente, que no solamente la extrema derecha sino también la derecha moderada, está en contra de estas leyes, las califica como leyes ideológicas; claro, todas las leyes tienen ideología, pero la ideología que subyace en estas leyes es una ideología democrática; lo que pretende es: que no vuelva a ocurrir, nunca más, el que unos impongan su manera de ver la vida a los demás y que lo hagan por la fuerza; esto no puede volver a pasar y por eso son tan importantes estas leyes, pero tengo que decir que, afortunadamente, una mayoría de ciudadanos y ciudadanas en España apoya el que estas leyes existan, y apoya el que los familiares puedan descubrir las fosas de su antepasados.

Todo esto forma parte de un presente que está en discusión, pero que, yo creo, al final la democracia va a acabar ganando. Por otro lado, no tenemos que olvidar una cosa muy importante, algo que a veces se pasa de lado:

no hay dos bandos, sino que hay un único bando que es la democracia, eso es lo único que hay y por tanto no podemos plantear que hay “unos y otros”, no es “unos contra otros”, es la democracia contra la intolerancia.

LOGIA: Se pensaba, de manera equivocada, que la Masonería está en contra de la Iglesia Católica, algo que es totalmente falso. ¿Cómo está, actualmente, el ánimo de la Iglesia Católica en relación con la Masonería?

TXEMA OLEAGA: En primer lugar, la Masonería no está en contra de la Iglesia Católica o de cualquier otra iglesia. De hecho, en países de nuestro entorno, como por ejemplo en Gran Bretaña, la Iglesia Anglicana, que es una escisión de la Iglesia Católica, tiene una relación estrechísima con la Masonería y no hay ningún problema; incluso hay debates, en cierta manera, hasta cuasi teológicos. No es un problema que tenga la Masonería con la Iglesia sino, es un problema que tiene la Iglesia con todo aquello que significa el libre pensamiento y el cuestionamiento de los dogmas de fe.

La Masonería no tiene dogmas de fe, respeta todas las ideologías y por tanto no es un problema que haya generado la Masonería, sino un problema que tiene la Iglesia en líneas generales, por ejemplo: la Masonería ha defendido, siempre, la libertad de educación, que todos los ciudadanos y las ciudadanas tengan formación y preparación para enfrentarse a los retos del mundo; claro, la Iglesia tenía el monopolio de la enseñanza y no quería ceder ese monopolio al estado o a otras entidades, por eso perseguía a la Masonería; pero realmente esto ya, hoy en día, está puesto en cuestión; aunque formalmente la Masonería sigue siendo considerada enemiga y sigue estando excomulgada, hay una relajación; voy a mencionar dos cuestiones: el propio Papa Francisco reconoció, en cierta ocasión, que solamente una sociedad laica garantiza la convivencia de personas con diferentes religiones, porque cuando una sociedad o un estado se proclama de una determinada religión tiende a considerar que los demás son herejes y los persigue, y por tanto la única manera de garantizar la convivencia es un estado laico, que es, ni más ni menos, lo que viene defendiendo la Masonería desde sus orígenes.

En segundo lugar, hay historiadores muy importantes de la Masonería que son sacerdotes de la Iglesia Católica; yo mantengo muy buenas relaciones con dos de ellos; recientemente he estado en el senado, en una conversación larga, comiendo con uno de ellos y hemos hablado del futuro; y también, hace relativamente poco tiempo, tuve ocasión de dar una conferencia en Zaragoza a la que asistió otro historiador, también sacerdote católico. Ambos niegan que haya contradicción alguna entre pertenecer a la Masonería y a la Iglesia, y están intentando, de alguna forma, romper ese círculo vicioso que se inició hace mucho tiempo y que ha impedido unas relaciones normalizadas entre dos instituciones como son la Iglesia y la Masonería.

Afortunadamente, como digo, esto está puesto en cuestión y hoy en día prácticamente no hay ningún ciudadano o ciudadana en España que considere que la Masonería es, poco más o menos, una encarnación del diablo o algo semejante; esto ya ha pasado a la historia; pero sí ha quedado una cosa, y esto sí quiero compartirlo porque es tanto común a España como a Portugal: en las relaciones que he tenido con el Gran Maestro de Portugal lo hemos comentado. Tanto en un país como en otro ha habido unas dictaduras muy duras, y entonces lo que sí ha quedado son ciertos prejuicios sobre la Masonería y por tanto hay ciudadanos y ciudadanas que todavía ven con cierta prevención a la Masonería. Ya no le consideran enemiga, como era en la época de Franco, pero sí tienen esa cierta prevención por los mensajes negativos que han llegado durante tantos y tantos años; y precisamente para combatir esto, hemos hecho dos cosas: Una fue establecer un sistema, que empezó con un Gran Maestro anterior, para que personas relevantes y conocidas, en determinados lugares, manifiesten su pertenencia a la Masonería, para que se vea que son personas normales, como fue, por ejemplo, en mi caso, yo fui uno de los que tuvo que dar el paso, salir y dar una conferencia en mi ciudad, explicando que pertenecía a la Masonería; y lo segundo: desarrollar un programa de memoria democrática para recuperar a masones que fueron perseguidos por la simple circunstancia de pertenecer a la Masonería y esto está teniendo mucho éxito; de hecho hace muy poco tiempo, en un par de meses aproximadamente, hubo un acto significativo, organizado por el gobierno y presidido por la Ministra de Ciencia e Innovación en el Centro Superior de Investigaciones Científicas, para resignificar los estudios de ciencia y Masonería, y en concreto, para dar el nombre de un masón muy ilustre, que era además un investigador, a un buque científico de la armada.

Por tanto, se están dando pasos, estamos avanzando, todavía queda mucho por hacer, pero francamente creo que estamos en muy buena dirección y creo que la Iglesia, poco a poco está aceptando su derrota. Sí me permiten, como una pequeña broma, cuando a veces discuto con alguien que me plantea estas objeciones de carácter religioso le suelo preguntar: ¿quién crees que tenía razón el Papa o Galileo?

La Masonería significa ciencia y educación y siempre ha sido perseguida por el fanatismo y la intolerancia.

LOGIA: ¿Cómo está, actualmente, la situación en España, sobre las ideologías de extrema derecha?

TXEMA OLEAGA: Bueno, la verdad es que la extrema derecha o las ideologías totalitarias, que son más negacionistas, y que van en contra de todos los avances sociales que hemos conseguido en estos años, es un fantasma que recorre toda Europa; y España no es no es una excepción, en España hay una importante implantación de la extrema derecha, que además está entrando poco a poco en las instituciones, de la mano de los partidos de la derecha tradicionales, y este es el gran problema que tenemos, es un fenómeno triste porque España vivió una dictadura feroz durante prácticamente 40 años de la mano del dictador Franco.

El proceso de transición fue un proceso modélico en el que las fuerzas democráticas socialistas, comunistas, nacionalistas, etcétera, aparcaron sus diferencias y aceptaron sentarse con los que provenían del franquismo para buscar una sociedad justa; una sociedad democrática; una sociedad en la que estuvieran reconocidos todos los partidos políticos, los sindicatos las organizaciones, etcétera. Y eso se hizo muy bien y ha sido además un ejemplo probablemente a estudiar en todo el mundo porque se ha hecho además con bastante tranquilidad y con un apoyo social enorme; por eso el renacer de estas ideologías es algo que nos preocupa tremendamente.

En España tenemos una característica que, yo creo que nos diferencia, probablemente, de otras naciones europeas: es la enorme diversidad del país; diferentes sentimientos de identidad; diferentes expresiones lingüísticas; hay varios idiomas oficiales en España; la parte del Castellano, el español, el idioma en Galicia, tenemos un idioma en Cataluña, o el idioma de mi tierra: el euskera, que es una lengua muy antigua; pero esa diversidad no solamente es lingüística sino también cultural y lo que se está viendo por parte de este renacer de la extrema derecha es un intento de uniformizar todo; esto, para evitar las diferencias, no reconocer la riqueza, tanto cultural como social, como política; la riqueza que supone el que haya personas de diferentes orígenes, de diferentes formas de pensar, etcétera; e intentar imponer una ideología dominante sobre las demás.

Esto es algo que está en la base del proyecto más ultra que hay en nuestro país; pero no solamente en este campo: el avance que habíamos conseguido en los derechos de la igualdad, entre hombres y mujeres, era espectacular y sin embargo ahora se está poniendo en cuestión en los últimos pactos, en ayuntamientos y en algunas comunidades autónomas entre la derecha.

En la extrema derecha se niega que exista la violencia machista, violencia que está provocando en el último año casi 180 mil denuncias, que es una barbaridad, o, por ejemplo, el intento de negar la diversidad entre personas que tienen otra orientación sexual; ha habido, incluso, un dirigente de la extrema derecha que ha llegado a calificar como “un trapo” la bandera de arcoíris, que representa la diversidad y el respeto a otras formas de sentir.

Afortunadamente, la inmensa mayoría de los ciudadanos y las ciudades de nuestro país están por la libertad, están por el avance y están por el desarrollo, y yo creo que por ahí tenemos que ir, y efectivamente, el que no haya revanchas es fundamental.

Si la transición en España fue posible es porque no hubo revanchas, porque no hubo un ataque de unos hacia otros, sino un intento de convivir. Algo semejante ocurre, variando un poco, con lo que está pasando, por ejemplo, en el país vasco, en mi tierra, con respecto al final del terrorismo; el intentar superar ese enfrentamiento tan duro que ha habido en nuestro país y hacerlo sin odio.

Yo tengo una hija y he procurado, siempre, educarle en que no tiene que prevalecer el odio frente a otras cosas y, por tanto, creo que este es un elemento fundamental.

Tanto la masonería y quienes defendemos la libertad y la igualdad tenemos un trabajo muy serio por delante para que estos valores se respeten.
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