ALQUIMIA Y FRATERNIDAD
EDITORIAL 26
En esta edición de REVISTA LOGIA exploramos la alquimia, una práctica que va mucho más allá de la idea de transformar metales. La alquimia nos invita a reflexionar sobre la transformación interna: convertir nuestros defectos y limitaciones, el "plomo" de nuestra vida, en "oro"; es decir, en virtudes que nos acerquen a la mejor versión de nosotros mismos. Pero esta transformación no es solo personal; también se refleja en la forma en que nos relacionamos con los demás. Aquí es donde encontramos un vínculo natural entre la alquimia y la fraternidad masónica.
El Salmo 133 nos recuerda la importancia de esta unión con sus sencillas y poderosas palabras: “¡Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía!”. Este pasaje, tan presente en la práctica masónica, nos enseña que la convivencia armoniosa no es algo que ocurra de manera automática, sino el fruto de un trabajo consciente. Al igual que en la alquimia, alcanzar esa armonía implica paciencia, dedicación y, sobre todo, voluntad de transformar lo que nos separa en algo que nos une.
El camino de la fraternidad no está exento de desafíos. La diversidad de pensamientos, temperamentos y experiencias entre hermanos puede generar tensiones, pero también brinda la oportunidad de crecer juntos. Como un alquimista que combina elementos en su laboratorio, el masón debe aprender a equilibrar su carácter con el de los demás, puliendo asperezas para convertir las diferencias en oportunidades. Es en ese proceso de transformación donde la fraternidad encuentra su verdadera fuerza.
En el fondo, la alquimia y la fraternidad comparten la misma esencia: ambas buscan la evolución. En la primera, se trata de perfeccionar la materia; en la segunda, de pulir el alma. El trabajo fraternal en la Logia es un espacio donde nos ayudamos mutuamente a ser mejores, creando juntos una obra que supera lo individual. Como el oro que surge del plomo, la unidad que emerge del trabajo en equipo es más valiosa que cualquier logro personal.
Esperamos que los artículos de esta edición los inspiren a reflexionar sobre sus propios procesos de transformación. Que cada lectura sea una chispa que alimente el fuego interno y que motive a seguir trabajando en esa "gran obra" de la que todos somos parte. Porque, al final, la verdadera alquimia no se trata solo de transformar cosas, sino de transformarnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad.
Gracias por acompañarnos en este viaje de descubrimiento y crecimiento. Que la luz de la armonía guíe sus pasos y que, juntos, sigamos forjando una fraternidad sólida y luminosa.
¡Qué nos una la fraternidad eternamente!
¿QUIÉNES SOMOS?
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En LOGIA, la libertad, la igualdad y la fraternidad son más que palabras: son los cimientos de todo lo que hacemos.